Los sensores de luz, como los utilizados en la industria electrónica, suelen constar de una fuente luminosa -normalmente un LED infrarrojo- y un receptor sensible a la luz, como un fotodiodo. En el caso de los fotointerruptores transmisivos, el emisor y el receptor están integrados uno frente al otro en una carcasa. De este modo, se detecta de forma fiable un objeto que interrumpe el haz de luz. Los fotorreflectores, en cambio, detectan la luz reflejada por el objeto, lo que resulta especialmente útil en lectores de códigos de barras y controles de posición.
En estrecha colaboración con el fabricante líder Okaya Electric Industries, Rotima AG ofrece una amplia gama de sensores de luz que se caracterizan por su alineación óptica precisa, su diseño compacto y su alta inmunidad a las interferencias, ideales para aplicaciones industriales exigentes.