Las resistencias de potencia están diseñadas para absorber grandes cantidades de energía en forma de calor y disiparla de forma controlada. Suelen consistir en un elemento de resistencia sobre una estructura portadora cerámica o metálica, que se realiza utilizando tecnología de película gruesa, alambre o lámina, dependiendo del diseño. Los modelos de alta calidad, como los de Bourns o VPG Foil Resistors, se caracterizan por su baja inductancia, alta capacidad de carga térmica y valores de resistencia precisos. El aislamiento eléctrico del disipador de calor y las formas de carcasa normalizadas, como TO-220 o D2PAK, permiten una integración sencilla en los circuitos existentes. Las resistencias de potencia regulan las corrientes, protegen los componentes sensibles y estabilizan las tensiones de funcionamiento.