Existen distintos tipos de ferritas, que tienen propiedades diferentes en función de su composición química y su estructura. He aquí algunos de los tipos más comunes de ferritas:
1. Ferritas blandas: Las ferritas blandas están formadas principalmente por óxido de hierro (Fe2O3) y tienen una alta permeabilidad magnética. Suelen utilizarse en núcleos de transformadores e inductores, ya que conducen bien los campos magnéticos y pueden alcanzar altas densidades de magnetización.
2. ferritas duras: las ferritas duras, también conocidas como imanes permanentes, están formadas por una mezcla de óxido de hierro y otros óxidos metálicos como estroncio (Sr), bario (Ba) o cobalto (Co). Tienen una alta intensidad de campo coercitivo, lo que significa que pueden mantener una fuerte magnetización. Las ferritas duras se utilizan en diversas aplicaciones, como altavoces, motores, generadores e interruptores magnéticos.
3. Ferritas de magnesio-zinc: Las ferritas de magnesio-zinc están formadas por una mezcla de óxido de hierro, óxido de magnesio (MgO) y óxido de zinc (ZnO). Tienen una gran resistencia eléctrica y suelen utilizarse en aplicaciones de alta frecuencia, como blindajes y filtros.
4. Ferritas de níquel-zinc: Las ferritas de níquel-zinc están formadas por una mezcla de óxido de hierro, óxido de níquel (NiO) y óxido de zinc. Tienen una alta permeabilidad y una buena conductividad eléctrica. Estas ferritas se utilizan a menudo en transformadores y circuitos de alta frecuencia.
Las diferencias entre las distintas ferritas radican principalmente en sus propiedades magnéticas, conductividad eléctrica, resistencia a altas temperaturas y coste. Los tipos específicos de ferritas se seleccionan en función del ámbito de aplicación y las propiedades deseadas.